GeneraciĆ³n 3R

IMPACTO AMBIENTAL DE LOS PLƁSTICOS:

REDUCIR, RECICLAR Y REUSAR, LA MEJOR OPCIƓN.

Los plĆ”sticos son un factor determinante en la calidad de vida del ser humano. Es difĆ­cil concebir una actividad cotidiana o un producto creado que no contenga algĆŗn material plĆ”stico; sus ventajas de bajo costo, durabilidad, versatilidad y su mayor peso relativo frente a otros materiales, lo hacen prĆ”cticamente insustituible. Su consumo ha crecido, crece y crecerĆ” anualmente mucho mĆ”s de lo que incrementa la poblaciĆ³n.

Su alto consumo genera preocupaciones sobre la capacidad de manejar los desechos que, inevitablemente surgen al finalizar la vida Ćŗtil de los productos. La primera respuesta a este hecho ha sido la prohibiciĆ³n de su uso, que ha sido notoria en las bolsas camiseta o de supermercado.

Como alternativa se han propuesto los llamados ā€œempaques ecolĆ³gicosā€ o ā€œempaques biodegradablesā€. Los primeros se proporcionan como mas reusables que los plĆ”sticos y los segundos son recomendados porque son rĆ”pidamente absorbidos por la naturaleza, a diferencia de los plĆ”sticos convencionales.

Aparecen como soluciones fĆ”ciles y eficientes al problema de la contaminaciĆ³n con plĆ”sticos; pero, Āælo son?

Las alternativas se enfocan en solo uno de los mĆŗltiples componentes de lo que se conoce como el ā€œimpacto ambientalā€ de un producto: su desecho.

Pero si se enfoca el anĆ”lisis en todos los procesos que van desde, la extracciĆ³n de la materia prima hasta el manejo de los desechos, se notara que hay una gran variedad de actividades de transformaciĆ³n que involucran consumo de energĆ­a, extracciĆ³n de recurso, contaminaciĆ³n de aire, suelo y agua y generaciĆ³n de desechos.

Todo producto genera emisiones de gases invernadero cuando se extrae su materia prima, (asĆ­ sea cortando algodĆ³n de una plantaciĆ³n), cuando se transporta, procesa, vende, consume, y desecha.

Mientras menos pase el producto requerido para cumplir una funciĆ³n, (por ejemplo, transportar 3kg de alimentos desde el abasto al hogar), menor emisiĆ³n de gases invernadero habrĆ”. Es decir, para tener un mejor impacto ambiental global, (desde la materia prima hasta el desecho), es necesario reducir el peso y tamaƱo del producto, manteniendo la funciĆ³n deseada.

Si el producto se logra reusar, todo el impacto ambiental requerido para su obtenciĆ³n, transporte, uso y desecho es ahorrado. Una bolsa plĆ”stica puede ser re-usada en papeleras, como lonchera, para recoger basura o simplemente, para volver a transportar mercancĆ­a.

Finalmente la mayorĆ­a de los productos plĆ”sticos se pueden reciclar. Minimizar el impacto ambiental se ha convertido en un requisito de diseƱo. Por ejemplo, el pupitre plĆ”stico ademĆ”s de tener una mayor durabilidad que la versiĆ³n convencional de hierro y madera, puede molerse y volver a emplear la totalidad del mismo en la fabricaciĆ³n de otros pupitres.

Las 3R (reducir, reusar, y reciclar), considera la totalidad de los impactos al ambiente de manufactura, transporte, uso y desecho de los productos. Cuando se analizan globalmente, productos aparentemente inocuos, son cuestionados y viceversa.

Varios estudios independientes encontraron que la bolsa plĆ”stica convencional, tiene un significativo menor impacto ambiental que una bolsa ā€œecolĆ³gicaā€, (de tela o de algodĆ³n), o de biodegradable (papel) cuando se consideran todos los impactos de estos productos que pueden afectar el ambiente. En uno de ellos se encontrĆ³ que la bolsa plĆ”stica que se reĆŗsa una vez tiene hasta siete veces menos impacto ambiental que la bolsa de papel y 327 veces que la bolsa de tela. Esto se debe a que las bolsas de papel y de tela, poseen impactos ambientales muy fuertes en sus procesos de obtenciĆ³n de materia prima (tala de Ć”rboles, obtenciĆ³n de algodĆ³n, contaminaciĆ³n de suelos y agua y transporte que el consumidor promedio no percibe fĆ”cilmente.

El tema del impacto de la actividad humana en el ambiente es complejo y sin soluciones sencillas. Nos ha permitido elevar nuestra calidad de vida, pero uno de los precios que pagamos es la afectaciĆ³n del medio ambiente. Encontrar un balance entre ambos no es tarea sencilla, ni existen soluciones mĆ”gicas ni obvias.

Nuestra recomendaciĆ³n es que todas nuestras actividades consideremos el principio de las 3R: reducir, reusar y reciclar.

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